Foto: Sabes Deportes

«La cancha del Ester Roa hay que hacerla de nuevo». Asoma como la mejor solución a mediano-largo plazo para una superficie que cada año sufre con las lluvias, por más que este año una mala mantención la destrozó. Eso cree Francisco Boero, dueño de la empresa que presta servicios de mantenimiento del césped del Ester Roa.

¿Cómo fue que realmente se rompió la cancha al nivel de quedar inutilizable? De acuerdo al precario estado del cual dio cuenta Sabes Deportes hace más de una semana, hay que profundizar en varios motivos para encontrar respuesta.

Primero, Boero expresó que «se les ocurrió, o les instruyeron, que había que cortar el pasto un día equis y estaba todo anegado … aunque ese no es el principal problema». En esa línea, complementó que «desde 2019 vengo indicando que la cancha tiene una capa de thatch (pasto en descomposición) y la solución pasa por hacerla de nuevo. Así como los seres humanos nos vamos muriendo todos los días, la velocidad de descomposición de esta materia orgánica es más lenta que lo necesario. Más simple, mientras más pasan los años, más thatch se forma».

El profesional detalló que «en las normas europeas, lo recomendable es que cuando este thatch pasa del centímetro o centímetro y medio, hay que decapar «pelar» esa superficie, sacar la capa con una máquina y raparla, agregándole arena y volviendo a sembrar. Ese proceso hay que hacer, aunque demoraría entre 4 y 6 meses».

Lo anterior es una labor que ya proyectan en la cancha del Ester Roa, que también profundiza su mal estado por otro ítem: «Tenemos tres partidos por semana, muchas veces. En los estadios donde tienes sólo un equipo, hay fútbol cada 15 días. Y como gran gracia, además, de vez en cuando traen a Colo Colo o algún amistoso. La cancha no para. Ese es el problema base, independiente de lo que pasó el otro día con el corte del paso», cuenta Boero.

¿Quién ordenó cortar el pasto?

Es la gran pregunta que surge en torno al precario estado del Ester Roa en días previos. Una decisión que acabó siendo un grave error, ya que destrozó una parte importante de la cancha. «Sobre mí está la inspección técnica», cuenta Boero, agregando que «pongamos contexto, tuvimos una semana completa de lluvia y el pasto iba creciendo. Te veías obligado a cortarlo en algún momento. La cancha era una esponja que si tu aprietas, bota el agua. Eso pasó. Se puede decir ‘no, debían haber hecho eso», pero fue la decisión de la ITS (Inspección Técnica del Servicio) asumiendo que iba a pasar eso».

¿Quién está a cargo de esa ITS? «Es la funcionaria municipal a cargo de supervisar el contrato», comentó Boero. De acuerdo a información de Sabes Deportes, sería Nicole Riquelme. «Yo puedo decir ‘hagamos tal cosa’, pero a mí me dicen ‘no, vamos a hacer esto otro’. La verdad, como llovía y llovía, a lo mejor no fue el día adecuado para cortar. El pronóstico daba que sábado o domingo estaba bueno y quizás ahí el daño hubiese sido menor. A veces hay que correr riesgos», agregó el profesional.

Volviendo al primer punto, si se llegara a decapar la cancha del Ester Roa y «hacerla de nuevo», de acuerdo a lo que apuntó Boero, ¿qué costo tiene aquello? «Se habla de cerca de 40 millones de pesos, por lo menos 10 son en semilla. Hay que sacar césped y aspersores, volver a instalar y nivelarla. Esta cancha ya tiene 4 o 5 centímetros de thatch. Lo normal y el estándar, de acuerdo a los gringos, es sacarlo cuando se llega a uno o 2 centímetros. Lo que está ocurriendo es que el thatch forma una pasta que evita que pase el agua a la capa inferior, que es arena. Aunque hagas aireación, el paso de la maquinaria hace que el thatch se deforme como una plasticina y tape los hoyos. No es solución», complementó el dueño de la empresa que presta servicios de mantenimiento del césped del Ester Roa.

En el corto plazo, ¿cuando volverá a estar operativo el Ester Roa? Para mediados de julio, hay dos partidos programados por Copa Sudamericana, con Huachipato y Palestino como protagonistas. Boero instaló la duda y aseguró que «en los años anteriores, se han suspendido partidos en julio ya que la cancha está en muy mal estado por todo lo que hemos conversado. Si llueve, seguramente nos encontremos con la misma situación, porque la cancha no filtra y se harán pozas. Hay un informe del asesor de la ITS que en 2017 advirtió que se estaba formando el thatch».