Unione Sportiva Avellino no suele aparecer en los titulares internacionales, pero esta vez lo logró por una razón insólita. El club del sur de Italia ascendió nuevamente a la Serie B el pasado 19 de abril, y solo dos días después falleció el Papa Francisco. Una coincidencia más dentro de un patrón tan inquietante como real: cada vez que Avellino sube de categoría, muere un papa.

Todo comenzó en 1958, cuando el equipo alcanzó la Serie C y el Papa Pío XII falleció. Cinco años después, en 1963, Avellino volvió a esa división y el Papa Juan XXIII murió ese mismo año. El fenómeno se repitió en 1978, cuando el club llegó por primera vez a la Serie A y coincidió con la muerte de dos pontífices: Pablo VI y Juan Pablo I.

En 2005, Avellino subió a la Serie B mientras el mundo despedía al Papa Juan Pablo II. Luego, en 2013, el equipo celebró otro ascenso mientras Benedicto XVI anunciaba su histórica renuncia al papado, debilitado por su estado de salud.

Y ahora, en 2024, el extraño ciclo vuelve a cumplirse. El ascenso llegó en abril, y dos días más tarde, el Vaticano confirmó la muerte del Papa Francisco. Como si fuera una despedida anunciada, el club publicó fotos del pontífice firmando camisetas de Unione Sportiva Avellino no suele aparecer en los titulares internacionales, pero esta vez lo logró por una razón insólita.

Lo que para algunos no pasa de ser una anécdota futbolera, para otros ya parece una profecía con camiseta verde.

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