Radiografía de un Fernández Vial al borde del abismo. Por tercera vez en el año, los aurinegros utilizaron la boleta de garantía para pagar sueldos al plantel, quedando a un paso de la desafiliación.
¿Cuál es la realidad actual de una sociedad anónima que fracasó y tiene al club a un paso del descalabro? El panorama hoy es desolador. La sensación en el plantel es de abandono y soledad. Los jugadores que habitualmente sacan la voz, hoy lo evitan. No por mala voluntad, sino que por cansancio, rabia e incertidumbre. “Esto no da ni para hablar ya”, argumentan.
Colapso
Si algo faltaba para que la crisis explotara, fue lo ocurrido a inicios de semana, cuando parte de la utilería, kinesiólogo y paramédico decidieron no ir más a los entrenamientos. ¿El motivo? Sumar tres meses con sueldos impagos. “La ropa la está lavando un funcionario del club al que también le deben 3 meses de sueldo. Se gasta un montón de detergente y la última cuenta de agua le salió 100 lucas. Entre los jugadores del plantel se la pagamos”, cuenta un integrante aurinegro.
¿Voces oficiales? Salvo por algo estrictamente futbolístico, los jugadores ya evitan exponerse ante los micrófonos por temor a quedar mal parados ante una hinchada que los apunta más a ellos que a los verdaderos responsables. El único en aceptar el diálogo con Sabes Deportes fue Pablo Pereira. “Tenemos dos opciones. O nos dejamos morir y nos lleva la corriente, o pensamos en que esto se va a solucionar. Veo que no estamos protegidos. No hay quien de explicaciones ni unas palabras de, no sé … tranquilidad. El club ha tratado de cumplir con lo mínimo y apelamos al amor al fútbol solamente. Hemos estado contaminados desde que empezó el torneo”, apunta.
¿Desde que empezó el torneo? Sí. Desde el plantel aurinegro aportan varios detalles que los tienen al borde del colapso. “La gente no entiende que esto es más que una crisis. Entre comillas somos un club profesional. Se entrena en camarines de barrio y sólo gracias al alcalde que es vialino que cede el estadio. No hay recursos para nada. Se nos dijo que tuviésemos paciencia y que pronto habría solución, pero nada. Si no fuese por Juan Pablo de Vialto, no habría ni para el desayuno. Él se pone con las colaciones, yogurt, pan, avena y otras cosas”, cuentan a Sabes Deportes.
Una bomba de tiempo
El grupo que trabajó durante los últimos días, apunta a la salida de Diego Rodríguez y Fernando Lazcano como la gota que rebalsó el vaso. “Ahora nadie viene a vernos. El rumor fuerte es que nos van a desafiliar y nadie está tranquilo. No hay nada claro ante todo lo que da vuelta. El que no está con nosotros día a día, difícilmente va a entender lo que pasa”, añaden.
Si el grupo ha estado “contaminado” desde inicio de año, es por detalles básicos e inexplicables para un club profesional, como registrar a dos de sus futbolistas en pleno viaje en bus en la primera fecha. “No tenían plata para inscribir a Nicolás Silva y Ulises Castagnoli, porque venían de Anfa. Había que pagar unas UTM a la Anfa y se hizo en el camino. El club tiene suerte de que en el grupo hay muchos chicos que están recién partiendo en el fútbol o esto ya habría explotado hace rato”.
¿Se fueron?
Con Martín Iribarne muy lejos y Adrián Glickman en Argentina, las únicas caras visibles en las últimas semanas eran Mariano Álvarez y Jessica González, quienes llegaron al Biobío como “salvavidas” para intentar generar acuerdos con sponsors y dar una señal de unidad con los hinchas. Hoy ya no están en el país.
Consultados por Sabes Deportes respecto a lo anterior, expresaron que “al ser extranjeros, no podemos permanecer más de 90 días como turistas y el rut está en trámite. Todos estaban al tanto de nuestro viaje en Vial”. Aseguran que tenían otros compromisos al otro lado de la cordillera, pero que volverán a Chile.
¿Dónde está Martín Iribarne? Desde que apareció en las redes sociales del club en la previa del clásico penquista, no se ha asomado. ¿Y Adrián Glickman? Es la cara visible del club y según supo este medio, “está destruido”. Desde Argentina, tiene más que claro que Fernández Vial está al borde del abismo. “Un cuarto uso de boleta significaría la desafiliación. Tenemos claro el riesgo que corremos. Es una carrera contra el tiempo”, asume, agregando que “las boletas las hemos ido reponiendo y completando, casi que comprando tiempo. La intención es buscar una solución de largo plazo, sabiendo que esta instancia ya no tiene más espacio».
Finalmente, reveló que «además, eventualmente, vamos a tener una resta de puntos por el pago atrasado de marzo, que no se ha formalizado”.
Las próximas semanas serán claves y decisivas, más allá de lo económico. El 25 de junio habrá una asamblea ordinaria de accionistas donde se busca encontrar soluciones a un impedimento legal. Hay un problema de fondo con impuestos internos, deudas y cuentas embargadas que también enreda el panorama.
Plantel y cuerpo técnico están con unos días de descanso, entendiendo que no tendrán competencia en el corto plazo. “Seguiremos hasta que esto muera”, apuntan. En el club, desde otras áreas, aseguran que “hasta el 14 de julio estamos vivos”.
Si el 15 del próximo mes la directiva de Fernández Vial no paga los sueldos ni repone la boleta de garantía, el futuro está escrito.