
Después del partido entre Colo Colo y Fortaleza por Copa Libertadores, el fútbol chileno volvió a quedar en el ojo del huracán dentro de Conmebol por hechos de violencia que alejan al deporte de su esencia. En vez de celebrarse como una fiesta, el espectáculo se vio opacado por situaciones que golpean la imagen del fútbol nacional.
Lo que ocurrió en el Estadio Monumental no fue un caso aislado. Los hechos de violencia afuera de los estadios, las bengalas lanzadas hacia hinchadas visitantes y los incendios dentro de los recintos se han repetido con frecuencia en las últimas ediciones de los torneos organizados por la Conmebol en Chile.
Una jornada negra en el Monumental
En la Copa Libertadores 2022, Colo Colo y River Plate protagonizaron un duelo empañado por serios incidentes. Antes del encuentro, un grupo de hinchas intentó ingresar sin entrada, lo que provocó fuertes enfrentamientos con Carabineros. Durante el partido, que terminó con victoria de River por 2-1, el caos continuó en las tribunas. Varios hinchas lanzaron objetos, y algunos de ellos apuntaron directamente a los jugadores visitantes.
La historia no terminó ahí. Hinchas albos agredieron a seguidores de River con objetos contundentes, como fierros, en medio de un ambiente totalmente descontrolado. La Conmebol apuntó a Chile y aplicó una dura sanción al «Cacique» por los hechos de violencia: una multa de 90 mil 500 dólares y el cierre parcial del estadio.
Universidad de Chile y un historial complejo
La barra “Los de Abajo” también ha protagonizado momentos críticos. En febrero de 2020, en el duelo frente a Internacional de Porto Alegre en el Estadio Nacional, los enfrentamientos entre barristas y la policía marcaron la jornada. Además, un incendio en una de las bocas de acceso encendió las alarmas sobre la falta de seguridad. Aunque el partido terminó 0-0, los incidentes generaron fuertes críticas hacia la organización.
Católica y Flamengo: una herida abierta
En la Libertadores 2022, Universidad Católica recibió a Flamengo en San Carlos de Apoquindo en medio de un ambiente tenso. Hinchas cruzados lanzaron bengalas hacia la barra visitante, dejando varios heridos, entre ellos un menor de edad. También se registraron insultos racistas y gestos ofensivos. La Conmebol actuó: cerró la tribuna Ignacio Prieto por tres partidos y multó al club. Más tarde, siete víctimas presentaron una demanda contra Universidad Católica y el ente sudamericano por 800 millones de pesos, buscando una compensación por los daños.
Una bomba de tiempo sin desactivar
El fútbol chileno no logra salir del espiral de violencia. Las autoridades, pese a los antecedentes, siguen sin encontrar una respuesta efectiva. Cada nuevo episodio golpea más fuerte a un deporte que debería unir a la gente. Hoy, muchos hinchas ya no pueden disfrutar tranquilos en un estadio, y la sensación de inseguridad crece cada semana.
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