Javiera Faletto: una madre que corre en la pista y fuera de ella. La atleta coronelina seguramente jamás pensó que la maternidad la haría tan feliz. «Una vez dije que para mi vida deportiva ser mamá era terrible … y no, no lo es. Sólo es un caos», bromea.
Los 1.500 metros fueron siempre la especialidad de una deportista que ama tanto su disciplina, que la sigue practicando en el día a día. Desde hace 3 años es madre de ‘Brunito’ y cerca de las 5 am. ya va rumbo a la pista, sin importar el frío o la lluvia. «Uno de mis mayores anhelos era ser mamá y sabía que en algún momento eso iba a pasar. Yo creo que nunca es el momento apropiado. Todo el mundo piensa ‘ya, cuando sea profesional o tenga una buena pega’ y después es lo mismo. Al final una se organiza y adapta a todas las situaciones», cuenta.
No es fácil mantener la mente tranquila y rendir en todo ámbito. Javiera añade que «lo más difícil es poder cumplir en todas las áreas, siempre con la culpa de que desarrollándote como profesional o atleta es quitarle tiempo a tu hijo. Eso es lo más difícil con lo que hay que lidiar. En cuanto a tiempos, una a veces está cansada, pero solamente es organizarse. Hay que tratar de no quitarle tiempo a tu guagua, es fome a veces salir muy temprano a entrenar y dejarlo acostado solito».
Junto a su pareja y también destacado atleta local, Rafael Muñoz, llevan lentamente por el camino del deporte a un pequeño niño que ya disfruta en la pista. «Antes mi mayor anhelo era ser mamá y ahora es que mi hijo sea deportista. Desde chiquitito hay que incentivarlo, más allá del alto rendimiento, sino que incorporando el deporte en su vida por todos los valores y habilidades transversales que entrega», agrega.
Javiera Faletto: una madre que corre en la pista y fuera de ella. «Todas las mamás sacamos energía y tiempo para cumplir en todos lados. Finalmente termina siendo super gratificante al final del día hacer de todo y llegar a la casa a compartir con tu guagua», cerró la coordinadora de deportes en la U. San Sebastián.
