Marcelo Barticciotto vivió muchos momentos gloriosos en su carrera: ganó títulos, disputó clásicos vibrantes y construyó una conexión única con la hinchada de Colo-Colo. Pero entre todos esos recuerdos, hay uno que no guarda con alegría. Se trata de un gol que, aunque cruzó la línea como cualquier otro, dejó un vacío que todavía lo acompaña.
Ese día fue el 15 de abril de 1995, cuando defendía la camiseta de Universidad Católica. En una de esas vueltas insólitas que tiene el fútbol, Barticciotto, ídolo indiscutido del Cacique, jugó por el archirrival. Y en un clásico en el Nacional, le marcó al club de sus amores.
No levantó los brazos ni mostró euforia. Solo pidió disculpas con un gesto breve y bajó la mirada. El silencio de su cuerpo dijo más que cualquier grito de gol. Aunque mostró respeto por la camiseta cruzada, su corazón albo no le permitió disfrutar ese momento.
Con los años, Marcelo Barticciotto habló sobre ese episodio y dejó en claro lo que sintió. “No me lo disfruté, no quería hacerlo. Me dolió más de lo que imaginé”, confesó. Su frase quedó grabada en quienes vieron ese gol, junto con la imagen de un ídolo que anotó, pero que no celebró.
Ese gol no se gritó, pero nadie lo olvida. No importa la estadística ni el marcador. Lo que permanece es la lealtad silenciosa de un futbolista que nunca dejó de ser hincha.
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