Tras caer goleado ante Colchagua en la final por la liguilla del Ascenso de la Tercera División A, el DT Edgardo Abdala analizó la valiente y desafiante campaña que logró Comunal Cabrero.

Es mejor intentarlo y caer en el intento, que no intentarlo y no saber el destino. Así es como Comunal Cabrero, con más ganas que recursos y de la mano de Edgardo Abdala, pudo estar cerca de la gloria para ascender a la Segunda División. El estratega conversó en exclusiva con Sabes Deportes sobre la desafiante campaña con el cuadro verde y todo lo que vivió en el presente año.

El fútbol no es de merecimientos, sino de quien logra cumplir los objetivos pese a las adversidades. Sin embargo, en palabras de Abdala: “nadie pensó que Cabrero se iba a meter en una final para pelear un cupo”.

“Perdimos los primeros tres partidos. Empezaron a haber falencias económicas importantes. Cada viaje para nosotros era una incertidumbre, hubieron un par de fechas que después del partido, sino se ganaba, el equipo se bajaba de competir”, expresó el “Turco”.

Aun así, fueron adelante, aunque recordar cada momento de la temporada no es fácil. Pues no cualquiera logra compaginar un grupo de futbolistas que pueda abstraerse de lo económico en una categoría que es precaria en apoyo. En ese sentido, el estratega confesó que los que conocían la interna de Cabrero, “era muy difícil que se sostuvieran hasta el final y poder lograr lo que se logró“.

La voz de Edgardo Abdala en Comunal Cabrero

Con un trabajo silencioso, se metió en la final de la liguilla y estuvieron cerca. Más allá del resultado, ¿Cómo analiza esta temporada?

“Nosotros como cuerpo técnico al inicio armamos este plantel con los pocos recursos que habían. Se empezó a conformar y fuimos al último equipo en terminar la pretemporada. Específicamente en la segunda semana del torneo, ya iniciado. Sabíamos que habían jugadores con mucho potencial y que necesitábamos. Nosotros (cuerpo técnico) nos dimos cinco fechas para encontrar un equipo competitivo y preparado”.

“Nuestros primeros partidos fueron muy complejos. Con Lota perdimos 2-1 el primer partido. Después de local con Malleco Unido perdimos 3-2 después de ir de ir ganando 2-0. Después hubo un tercer partido que también lo perdimos con Lautaro y después sumamos acá con Colina. Fue un empate y un punto de inflexión porque se empezó a ganar y el equipo se sintió más cómodo, captando la idea”.

“Nos afectó porque por los pocos recursos que teníamos, nosotros hicimos un plantel de 21 jugadores donde lamentablemente uno se fue. Después se fueron dos jugadores por situaciones personales y quedamos cortos de plantel”.

¿Al comienzo de año se imaginaban en esta situación?

“La clave que fue el convencimiento de nosotros como cuerpo técnico. Nos conocíamos y habíamos logrado el ascenso acá en Cabrero y seguimos trabajando, siempre convencidos más de los resultados y extra fondo de todo, que sentíamos que había material y que había que solamente alinear a los jugadores a nuestra idea. Cuando dimos con eso, el equipo se sintió cómodo”.

“Vieron (los jugadores) que era un bien común para todos, incluso para ellos en lo individual y sí fue. El hecho de haber partido perdiendo, que muchos no pensaban y no lo creían, nosotros siempre estuvimos convencidos. Sabíamos lo que estábamos trabajando y lo que estábamos creando”.

“Encontré un equipo ofensivo, que siempre va a intentar jugar y va a tener la valía de pedir la pelota. Sentíamos esa valentía de parte de ellos, de esa irreverencia de repente que tiene que tener el jugador atrevido, más allá de los errores, y lo fuimos guiando en el camino para que cada vez fuera eran más con los resultados que se te iban dando. Todos se fueron empoderando más de su posición, más de su juego y en conjunto que nos permitió llegar lo más arriba posible y pelear una final”.

“Mucho de los muchachos se bajaron el sueldo un 30%, el cuerpo técnico no cobró en todo el año desde enero. Eso no nos perjudicó, aún así sacamos fortaleza y jugamos por un bien común y logramos llegar a la final igual”.

La Copa Biobío. Pese a que fue un torneo muy corto, dejaron la vara alta. ¿Qué aprendizaje en particular le dejó el torneo?

“Fuimos invitados para completar y creo que dejamos una muy buena imagen, lo tomamos con esa responsabilidad, es decir, no queríamos hacer un papelón. Nos tocó con Deportes Concepción, un equipo que hoy día está jugando la final y ojalá la pueda ganar también”.

“Tuvimos partidos en medio del campeonato. Jugamos un día sábado, después martes y jueves por la copa y después sábado por el Tercera”

“Sabíamos que era complicado y peligroso. A pesar de los pocos recursos, tratamos de que los muchachos estuvieran bien, darle todas las herramientas que teníamos a mano: un baño de tina, de hielo, cambio de temperatura. Nuestro kinesiólogo, que nos ayudó también para que pudieran recuperar lo antes posible”.

“Más allá de los resultados, fue la forma en que enfrentamos los partidos y que nos hizo ver bastante bien a nosotros, competitivos sobre todo, con un equipo de fútbol de primera B (D. Concepción) que es dos divisiones más arriba y después con un equipo de la misma parte de nosotros (Lota Schwager), que creo que fuimos superiores también”.

Es complicado jugar y no tener apoyo e ingresos. ¿Cómo lo vivían los jugadores y cómo lograba sacar el máximo rendimiento en un contexto difícil?

Hay plantillas hoy día que están sobre los 15 a 20 millones de pesos. En el caso de nosotros, tenemos una planilla de 5.7 millones. El cuerpo técnico es una planilla de 2.4 millones en el cual no se le canceló durante todo el año. Conversamos y se comprometieron que nos iban a cancelar. Confío en eso porque la directiva nunca se fue cuando más difícil fue todo y fue gracias a los resultados también”.

“Hablé con la dirigencia y lo mejor que había que hacer era no mentir a los jugadores, sino decirles la realidad que había hoy día: el que quería continuar que lo hiciera y el que no, se entendía totalmente. Así fue que los jugadores se comprometieron, sabían que el trabajo que estaban haciendo era serio, era muy profesional y creo que también tomaron una buena decisión”.

“La pensión sostuvo 14 jugadores durante todo el año, nunca les faltó un plato de comida a pesar de las carencias que tenían en lo económico. Hicimos una labor más ya también del cuerpo técnico, como coordinadores o gerentes. En mi caso, tuve que hacer funciones como conseguir recursos para viajar, hidratación, fue gracias al apoyo de amigos y gente del fútbol”.

¿Quiere y piensa seguir en Cabrero?

“Uno siempre tiene expectativa de poder ir creciendo en lo futbolístico e ir dando saltos más hacia otra división. Siento que ya hemos quemado una etapa en esta división, pero si nos tocara participar nuevamente en un equipo que quiera pelear algo es importante”.

“Hoy día en Cabrero no me veo por todo lo que hemos pasado. Primero tenemos que cerrar este año, lo digo por el compromiso que se nos hizo a nosotros de pagar. Falta una reestructuración importante en el club, donde los cargos estén establecidos para cada uno y obviamente así puede crecer el equipo y puede crecer uno también”.

Si uno analiza los equipos de la zona, todos han sido protagonistas. ¿Qué le parece el año para el Biobío?

“Lo hemos conversado. Nos enriquece y beneficia a todos por la gente que amamos el fútbol. Creo que la octava región lo ha hecho muy bien y la Copa Biobío fue un plus. Huachipato en la final de Copa Chile, el Conce en la final de liguilla vs Cobreloa, Lota estuvo en semis y nosotros en la final de Tercera A”

“En ese sentido creo que dejamos una muy buena imagen en la región, con equipos que intentaron hacer y competir de buena forma. Es un beneficio para los jugadores de la zona, para la gente que está rodeada de fútbol y que trabaja con él”.

“El mensaje es seguir trabajando de la misma forma, hacer un trabajo serio y un proceso que puedan sostenerse en el tiempo para poder seguir consiguiendo estos beneficios que obviamente los equipos estén peleando en lo más alto”, cerró.

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