El fútbol inglés vivió este domingo el cierre de uno de sus capítulos más inspiradores. Jamie Vardy se despidió de la hinchada del Leicester City y puso fin a una era que rompió con todas las reglas del fútbol moderno.
El delantero, que llegó en 2012 desde el modesto Fleetwood Town, convirtió una historia improbable en una leyenda real. Pasó de jugar en ligas semiprofesionales a liderar al Leicester hacia una de las hazañas más asombrosas del deporte: la conquista de la Premier League en la temporada 2015/16. Aquel año firmó 24 goles, marcó en 11 partidos consecutivos y rompió el récord que había impuesto Ruud van Nistelrooy. Su velocidad, su olfato goleador y su espíritu inagotable lo transformaron en el símbolo del equipo que dirigía Claudio Ranieri.
Durante sus 12 años con los “Foxes”, Vardy disputó más de 500 partidos y convirtió 200 goles. Además del histórico título de Premier, sumó una FA Cup en 2021 y llevó al club a vivir noches europeas que quedarán en la memoria colectiva.
Este domingo, el King Power Stadium vivió una fiesta cargada de emoción. Vardy marcó el primer gol del triunfo por 2-0 ante Ipswich en el minuto 28, gracias a una asistencia de James Justin. Después del tanto, corrió hacia el banderín del córner y lo levantó con orgullo mientras el estadio entero lo ovacionaba.
Los hinchas prepararon un verdadero homenaje: llenaron las gradas con banderas y pancartas de agradecimiento, aplaudieron cada jugada y le regalaron una última ovación cuando dejó la cancha en el minuto 80, escoltado por un pasillo de honor.
Aunque Leicester cerró la temporada con el amargo sabor del descenso, Jamie Vardy prefirió mirar hacia el futuro. Aseguró que el club cuenta con jóvenes prometedores y mostró plena confianza en lo que viene. “Leicester me cambió la vida. Juntos hicimos historia. Ahora me toca cerrar este ciclo con la cabeza en alto y el corazón lleno”, dijo en su emotiva despedida.
Sin anunciar aún su próximo paso, Vardy dejó claro que no cuelga los botines. Pero para Leicester, y para miles de aficionados alrededor del mundo, su legado ya está escrito. El hombre que convirtió un sueño imposible en realidad ahora se despide como uno de los grandes íconos del fútbol inglés.
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